POR LA CARRETERA

LO QUE EL PAN DEJÓ DE HACER.

Es inevitable en estos tiempos no tocar el tema de la política, Aristóteles decía que el hombre es un animal político, la política es la religión moderna como afirmaba Nietzsche. Universal es el tema, el escarnio es general, la desaprobación es inherente cuando escuchamos el término político, que para el mexicano es sinónimo de bajeza y corrupción, política pues en nuestro léxico es la perversión del hombre llevada a su máxima expresión.

Bajo esta perspectiva, me permito abordar el tema, haciendo uso de mi libertad de expresión para hablar de la política local.

Confieso que me apasiona el la política, las primeras revistas que leí cuando aprendí a interpretar la conjunción de letras fueron sobre ese tema, quien no se interesa por la política paga su pecado siendo gobernado por alguien a quien si le interesa.

En México tenemos tres niveles de gobierno, el federal, estatal y el municipal, el primero y el último son gobernados por un partido de derecha, resquicio último del pensamiento conservador que tanto daño ocasionó al país (y en cierta forma le sigue haciendo), me refiero al Partido Acción Nacional, cuyas siglas usaré más adelante por cuestión de economía literal. Bien prosiguiendo, he de decir que el PAN, fue durante la mayor parte del siglo pasado la oposición más férrea que pudo tener el PRI, quien se mantuvo en el poder durante siete décadas y cuyos logros más importantes fueron las instituciones mismas que necesitan una reestructuración urgente y que hoy son en gran medida la base socioeconómica nuestra.

El PAN se caracterizó por ser la voz que pugnaba congruencia entre el actuar y el decir por parte del gobierno, en muchas ocasiones nos vendieron la idea del cambio , aduciendo que el sistema del PRI era ya cansado y en demasía corrupto, esa idea les valió para que llegara a gobernar al país un ranchero excéntrico, cuyo lenguaje y oficio político eran muy escasos; el efecto Fox, en Yucatán fue devastador, por primera vez en la historia de nuestro Estado, fuimos gobernados por acción nacional, cabe mencionar que ése no fue el primer gobierno derechista que tuvimos en el Estado, en el auge henequenero, hubo una serie de gobernantes identificados con los “reyes del henequén”- como los llamaba Jhon Kenneth Turner en su libro México Bárbaro-, de la talla de Olegario Molina, uno de los esclavistas más grandes de la historia del hombre.

Bien, continuando con el gobierno del PAN, destacaré la idea, de que llegaron como todo político con las expectativas encumbradas, el PAN olía a cambio en el sistema político, pero seis años después del arribo de Patricio Patrón, solo dejaron el asqueroso olor a corrupción, demostraron ser peor de aquellos a quienes tanto criticaron. El gabinete patricista se caracterizó por estar compuesto por “cuates” que eran empresarios, dejando a un lado a los panistas de a pie y por supuesto a la ciudadanía.

Se avecinan elecciones para elegir alcaldes y diputados, en donde se presentará una batalla épica, es en Mérida, ciudad que ha sido gobernada por los blanquiazules por más de 20 años, cuyos logros son arcaicos, la otrora ciudad moderna de Mérida, se ha convertido en una mancha amorfa, cuyo crecimiento no ha sido planificado; falta una cultura de metropolización que planifique el crecimiento ordenado; contamos con un sistema de transporte exiguo y vetusto, la contaminación y la falta de respeto al centro histórico son problemas añejos, pero no los únicos, tenemos una feria municipal del libro mediocre, falta de oficio político para hacer de la policía de Mérida un verdadero cuerpo policiaco, no bicicleteros cuya única función es golpear a los teporochos del Eulogio Rosado.

En la administración actual, el alcalde pide el regreso de la Junta de Agua Potable y Alcantarillado de Yucatán (JAPAY) al municipio, algo incongruente si recordamos que fue precisamente él quien fungió como cabeza de ese organismo durante el sexenio patricista y cuyo legado fueron los letreros infames que se ponían en la casa de los morosos, atentando contra los derechos humanos más básicos. También fue él quien aumentó tres veces el costo de las tarifas por ese insumo y durante el tiempo que duró su gestión se subió excéntricamente el salario. Otra incongruencia del actual alcalde, es el regreso del transporte público a manos del gobierno del Estado, este tema, ha sido la papa caliente en los últimos gobiernos panistas, recordemos el pandemónium que sucedió con la reubicación en el período de Ana Rosa, o el alza injustificada en épocas del tristemente acélebre Manuel Fuentes, César Bojórquez, sabedor del costo político que ocasiona el aumento a las cuotas del transporte, cede el problema al Gobierno del Estado, quien hasta el momento solo ha dado paliativos al problema sin fijar una solución viable.

De lo expresado hasta el momento, podemos deducir, que incongruencia entre el hacer y el decir no es la característica de los gobiernos panistas, hoy se quejan de una represión a un par de venteros cuya detención ilegal no se ha podido demostrar, pero en el sexenio de Patricio, se persiguió y encarceló a un grupo de jóvenes que se manifestaron por la visita de Bush a Mérida, al igual que se despojó de sus tierras a ejidatarios de Oxcum y Caucel.

En nuestro país, es común que hoy se te repudie y al otro día seas un dios o viceversa, la televisión es capaz de todo, el transa es mejor visto que el honesto a quien se tacha de tonto, nuestro principal defecto, es que carecemos de memoria, al menos la mayoría, se aproxima una batalla inminente entre dos fuerzas que se darán con todo, unos prometen que viene lo mejor.

Luego de 20 años en los que nos han sumergido en el atraso, les tomo la razón y les creo, ahora viene lo mejor…

¡Que ya se van!