POR LA CARRETERA

(Esta es la quietud de la noche: materna de las soledades, desde aquí emergen las palabras taciturnas, somnolientas, desde aquí recorro los lugares infinitos por donde nunca me canso de viajar, desde aquí de donde te conocí, este es mi exilio, el lugar destinado a mi, y para nosotros, ya no importa el lugar, no convergemos nunca, separados los dos, pero talvez seguimos siendo uno mismo. El efímero exilio, el remanso desde donde la soledad toma forma de letras, y las letras son aves que viajan a través del tiempo y llegan así hasta tus ojos, esto que ves, es mi cuerpo tómalo y disfrútalo, mientras yo sigo exiliado a tus caricias.) ¿Acaso ya todo esta dicho?



IV
DE VUELTA A MI EXILIO


Debo decirte
a ti Elba
que no extraño tus caricias de oleaje infinito
que
no he pensado en tu cuerpo de hierba fresca
soñando
he superado el vacío de tu lengua en mi piel
te encuentro
en el exilio de mis palabras muertas
como espuma
que se asfixia en el hielo de la angustia
hálito embriagador envolviéndome
alejándose

Siempre puntual al cerrarse el párpado
tu risa de lluvia al medio día
tu manía de encontrarnos solo de noche
me recuerda
entre quimeras tu seno ávido de caricias

La desvencijada aurora le guiña el ojo al cenit
marchitan las margaritas deshojadas
el lamento cotidiano se extingue
sollozos de papel
y entre líneas todo me contradice
no
te extraño



D.R.L.A.