POR LA CARRETERA

De nuevo te encontrabas ahi, en el mismo lugar a donde te sientas cuando hay poca gente en el autobus, con el mismo uniforme del super donde trabajas; peinada con tu cola de caballo y con unos tacones que te hacen ver mas alta.


Cada dìa en el mismo lugar, a la misma hora, el mismo uniforme, el cual tiene costurado un botòn que no corresponde a los demàs, el mismo asiento, observas por la ventana abierta el pasar de los automoviles guiados por desconocidos, observas la calle como si buscaras algo, como si entre tanta gente pudieras ubicar a algùn rostro familiar, pero no es asì; luego observas a los pocos pasajeros del autobùs y para seguirte entreteniendo tarareas una canciòn que recuerdas muy bien.

Nueve cuadras mas adelante, al pasar la avenida anuncias tu bajada tocas el timbre cinco veces, hasta que el conductor te ve con malos ojos, se abre la puerta trasera del autobùs y desciendes en la calle veinticuatro, caminas dos cuadras y entras al cuarto en donde el nunca te espera, sacas del refrigerador un pollo rostizado que se comen sin calentar y despues de lavar los platos, te acuestas a soñar que todo lo que pasa en tu vida ya està escrito, mientras yo aùn en el autobùs, no se como terminar tu historia.