POR LA CARRETERA

Sólo puedo saber de ti, por medio de tus letras, leo lo que escribes en otras partes y casi puedo adivinar por lo que estas viviendo, tu último poema me gustó mucho, y mentiría si te digo que no extraño, esas pláticas hasta media madrugada, tus consejos, tus enojos, y tus deseos de niña, me arrepiento de no haberte detenido el último día, estaba tan ocupado y solo sentía tu adiós, como una estocada más en este cuerpo, es como sin manos querer agarrarte, era una indefensión ante tus palabras, una cerrazón de las mías, negación y esperar a que se te pase el enojo y te aparezcas de nuevo por esa vereda por donde te conocí, hoy es un camino desierto, el mismo lugar, que ya no lo parece tanto; recuerdo el último abrazo y como te miraba mientras me alejaba, y aquel trayecto largo pensando en ti, hoy en esta carretera te sigo pensando, y entre viaje y viaje te veo en cada parada, en cada pueblo, y cuando veo una caseta me da por llamarte, con el pretexto de saber si estas bien, pero sólo tengo ese valor cuando estoy alcoholizado.

No creas que me olvidé de lo que te pasó hace exactamente un año, me hablaste y estabas infinitamente triste, me alegró escucharte mientras trabajaba pero me preocupé por lo que me dijiste, que había partido ese ser tan querido para ti, entonces me sentí de nuevo un árbol, una planta, por no poder moverme hacia donde estabas y apoyarte. Hoy leo tus líneas y recuerdo ese día, deseo mas que nunca en este momento expresarte mi solidaridad, y muchas cosas daría solo por escucharte de nuevo, pero prefiero no marcar, y aunque este tiempo infinito sea como un ácido destrozando mis ilusiones, aunque me de por vencido cada media hora, aunque descuelgue el teléfono, y esté a punto de marcarte, me detengo, porque he comprendido que este no es ya nuestro tiempo, y las vidas de ambos deben de separarse definitivamente, debe extinguirse pues lo que existió entre un hombre planta y la mujer arena, que se denudaba a cada hola.

Cumpliré esta promesa que te hice de no buscarte, aunque la duda de si realmente lo quieres; a veces en el insomnio, leo tus poemas, los repaso uno a uno, y te imagino acostada en tu cama, escribiendo otras historias, o leyendo lo que alguna vez te escribí, yo me imagino que me extrañas, y que deseas tanto como yo volver, que mis dedos me pondrán en contacto con tu piel, y te escucharé desvestir, en una habitación a oscuras, escribo todo lo que te diría entonces, planeo cada detalle, como acariciarte, que decirte, como mirarte sin que te des cuenta de que rebozo de deseo de ti, de tus caricias de mar, aunque mis ansias me delaten. Hasta que el insomnio es vencido y duermo, así cada noche, desde aquel día en que desapareciste de mis ojos que se han acostumbrado a vivir en la mentira.

Supongamos que es mentira

que te acuestas sin desvestirte de mi

de los recuerdos que cuelgan de tus labios

y de esa foto mía que llevas en el bolso

supongamos que es mentira

que no repites mi nombre cuando a solas en tu cuarto

la parte de ti que no me olvida se incendia en las noches

supongamos que es mentira

que decidiste volver

toca de una vez mi puerta

entra a la alcoba desnuda

y sin decir nada vistete de nuevo de mi

al amanecer seremos mudos y te irás

las palabras no hacen falta

y si acaso dices algo

supongamos que es mentira