POR LA CARRETERA

Después, imagina que planea, un heroe de otras tierras y los viene a rescatar...(Bersuit Bergarabat)

Nadie sabe donde nació ni quienes fueron sus padres.

Su presencia en la colonia era un mito, pues nadie a ciencia cierta lo había visto...excepto yo.

Mi perro Roco se había escapado una tarde y luego de infructuosamente buscarlo por el patio y las calles aledañas oi su llanto en la casa de Alan. La curiosidad y el temor me invadieron, pero el deseo de recuperar a roco hizo que me animara a entrar al pasillo de aquella casa color verde en cuyo jardín se erigía un pino sin podar y amorfo. roco se encontraba con las cuatro patas encogidas y la cola entre las piernas, haciendo un sonido apenas perceptible, como teniendo miedo, mirando como sin querer hacerlo hacia aquella ventana protegida con un miriñaque para los moscos que se encontraba en el segundo piso. Fue entonces que pude observar su rostro apenas perceptible, sus ojos engrandecidos parecían no caber en su mirada. El deseo de correr me embargó, pero roco al verme corrió mas hacia el pasillo que comunicaba con el patio de la casa, yo sin ver al dueño, corrí tras el con el fin de tomar a mi perro y correr como poseído. Al llegar al patio el asombro creció y se debió percibir en mi cara.

Alan tenía en sus manos a mi mascota, esta le lamía el cuerpo y movía la cola como solo a mi solía hacérmelo cuando jugábamos en las tardes ociosas del verano, como esa tarde, en la que el sol marchito desfallecía sobre la tierra ansiosa de sentir la noche. Sin embargo no fue eso lo que me asombro, sino el hecho de que Alan bajara del segundo piso, abriera aquella puerta de madera antigua y tomara a mi perro en lo que yo corrí endemoniado, en fracción de segundos. Fue en ese momento que me fijé en su vestimenta, Alan se cubría el cuerpo con una sábana de cuadritos verdes y negros. Al instante de sentir la rasposa lengua de roco en su rostro su semblante cambió, una sincera sonrisa que parecía guardada en sus labios mil años apareció de pronto, se notaba que no sonreía mucho, sus facciones eran tan anticomunes cuando sonreía.

Al verme de nuevo, roco se soltó de sus brazos y corrió hacia mi, Alan en un intento por retenerlo dejó caer aquella sábana y como las mariposas en la primavera salen de su capullo, alan parecía renacer de entre su aquella franela que le cubría; un sonido cortó el viento en ese momento. Mis ojos latían como queriendoseme salir del rostro, lo que todo el mundo comentaba de él era cierto.

Le decían Murciélago, Vampiro y las señoras pertenecientes a la Iglesia le decían Angel, pero Alan no era nada de eso, símplemente era una mezcla rara de ave y hombre, Alan: el Hombre alado.

Infinidad de preguntas se alojaron en mi mente de niño, más solo atiné a preguntarle con la ingenuidad que siempre me había caracterizado...-¿Puedes Volar?-

De nuevo su sonrisa extraña que en ese momento sustituyó las palabras y al parecer significaba SI.

Agitó de nuevo sus alas, el viento de nuevo fue cortado, alzó los ojos hacia las estrellas que ya empezaban a salir, observó el cuarto menguante de aquella tarde/noche,y sin mas planeó sobre mi, al alejarse semejaba ser una especie de Murciélago, vampiro incluso un Ángel, pero Alan no era nada de eso, simplemente era un Hombre alado.