POR LA CARRETERA

Suave mía, a que hueles,

a qué fruto

a qué estrella, a que hoja?

Pablo Neruda.

Eras como una parte de mí que antes estaba extirpada, eras una mano, un pie, un pulmón, ahí en la cama, tu dormías y yo te admiraba, respiraba contigo, un mismo aire. Tu ropa a un lado de los temores, los temores, a un lado de mi ropa.

Mis manos dibujaron tu esfinge en la cama, poro a poro, parecías traída por el mismo mar, el lecho se convertía al cerrar los ojos en una playa, corales en los rincones y espuma entre las sábanas, yo, el de siempre; contemplando el mar, que nunca es el mismo, yo el que nunca había sido antes, el "yo" incorpóreo, al parpadeo me transportaba entre estelas que se desprendían de tu seno, incendiabas entonces lo que detrás de ti quedaba, así se incendió mi cuerpo, mirada de supernova, incandescente atraída por tu abismo.

Aún mi tacto te recuerda, mi cuerpo de piedra diluido entre tus manos de lava.

Mis oídos, aún retienen el eco de tu voz, exclamando mi nombre, como el esclavo que en las catacumbas pide libertad, así llegaste, yo contigo, tu mirada no fue la misma desde entonces, ni yo te vi con los mismos ojos, supe que aprendería a caminar con cuatro pies, a pensar con dos cabezas, a escuchar antes de hablar, ahí estas tu desde entonces, inter-posicionándote, a veces delante de mí, en todo lo que deseo, a veces atrás de mi, como en todo lo que rechazo, estas en cada célula del pensamiento y del subconsciente, adicción y terapia, bipolar como nuestros sexos.

Estabas desnuda, yo te contemplaba, el sudor se secaba en tu frente mientras dormías, yo , nací ese día al pie de la cama.

Junto a ti, la vida se va en parpadeos, abro los ojos y te encuentro, los cierro y al abrirlos de nuevo, es como si de repente la soledad se haya olvidado, haya dejado pasar la felicidad guardada entre tus piernas, así de repente 26 años extrañándote y en un parpadeo se acaba la nostalgia, algo ha de tener tu cuerpo, recién dibujado por mis manos, en esta cama.

He descubierto que no te quiero cada día más, es sólo que cada día me sorprendo, de lo mucho que te quiero.