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EL BONOBÚS, ES LA RUTA? O LOS DES/ACIERTOS DEL ALZA AL TRANSPORTE PÚBLICO

by Davicho on Nov.22, 2009, under





El último alza al pasaje fue a finales del 2006 durante la administración de Manuel Fuentes Alcocer, esa administración municipal fue la que tuvo a su cargo el transporte público; luego su sucesor César Bojórquez, a pesar de que en su campaña nos prometió solucionar el problema de transporte, al tomar el cargo, le pasó dolosamente esa responsabilidad al gobierno del Estado, pues los costos políticos por el aumento a las tarifas era muy alto, si no, pregúntenselo a Fuentes Alcocer quien por ese hecho y muchos más, pasó a engrosar la lista de los alcaldes mas repudiados de Mérida.


Es un hecho que la crisis está golpeando fuerte, a nuestro país, el shock financiero podría convertirse en un infarto económico que nos pone los pelos de punta al imaginar hasta donde llegarán los precios, a eso le sumamos que el domingo pasado entró en vigor un nuevo alza al transporte público, las quejas y críticas se escuchan por doquier. Las voces panistas se alzan, como cada vez que hay un hecho controvertido en el que se esté implicado al gobierno del Estado, pero no lo hicieron cuando fuentes Alcocer aumentó de igual forma las tarifas y burlonamente pidió a quien no le gustara a andar en bicicleta “se aplicará el alza, aunque se incendie la ciudad” dijo el ex edil; también es un hecho que el combustible utilizado por los transportistas aumenta cada día y con ello es considerable que les sea incosteable, a ello podemos sumarle el hecho de que el operador de las unidades a pesar de los sensores y “checadores” siempre busca alguna manera de completar su salario ” pellizcándole” al patrón parte de las ganancias y más allá de que si el negocio es o no redituable, ¿hay alguna manera de que los que siempre carguen la parte más pesada del muerto seamos los usuarios?



La respuesta podríamos encontrarla en el Bonobús. Es un sistema que se utiliza en algunas ciudades de México y en el mundo, consiste en un talonario de boletos, la idea es que al comprar una planilla de diez, al usuario se le haba el descuento del costo total de dos boletos, es decir, si el costo del transporte es de 6 pesos multiplicado por diez es igual a 60 pesos, menos doce que es el costo de dos boletos es igual a 48 pesos que son dos pesos menos del costo anterior al alza, pero ¿porqué utilizar este sistema? Porque los concesionarios se quejan de que sus trabajadores, es decir los choferes, se quedan con parte de las ganancias, al tener este sistema el chofer ya no manejará dinero, solo los boletos. Segundo, al no tener fugas de capital, el concesionario puede dar mejores prestaciones a sus empleados, empleados mejor pagados sirven mejor. ¿Quién paga los dos boletos restantes? Esa parte se la dejamos a la iniciativa privada, estoy seguro que muchas empresas pagarían por publicitarse en el reverso de un boleto tan popular que andará en manos de todos. Comprar planillas de a diez boletos es más redituable que comprar de uno en uno, gana el usuario, gana el concesionario y las empresas se publicitan de manera masiva, el bonobús y su éxito en otros lugares parece ser la mejor opción para nuestra entidad.



Pero el problema del transporte público en el estado, especialmente en Mérida es más complejo de lo que parece, hay rutas que se repiten, en una esquina pueden pasar hasta tres camiones de distintas rutas y lugares en donde el camión más cercano esté a tres cuadras de distancia, falta de carriles preferenciales, lugares específicos para estacionarse…etc. Creo que esta administración estatal, muy al contrario de la municipal, se echó sobre las espaldas una gran responsabilidad y tras largas negociaciones se llegó a este aumento, hay que reconocer que la exención de pago a los discapacitados y agregar a los egresados en busca de empleo es un gran acierto.


Es aconsejable que esta vez si se les de seguimiento a los transportistas que desde la administración pasada prometieron cambiar sus unidades, al menos en la ruta Madero- Magisterio las unidades siguen siendo los mismos camiones viejos que carecen desde asientos cómodos, hasta de un timbre para anunciar el descenso de los pasajeros.


En la vida pública no solo hay que criticar y protestar, también hay que proponer, ojalá que la idea del bonobús sea escuchada y perfeccionada por quienes tengan que hacerlo, por el bien de la población, que ninguna culpa tiene de la crisis que golpea al mundo entero.


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